domingo, 17 de junio de 2018

ESCRIBIR

Retomo este blog con la idea de obligarme a seguir escribiendo.

Siempre he escrito más de lo que he leído, desgraciadamente para mi, porque seguramente de haberlo hecho al revés, escribiría mejor y además sabría más cosas. Llevo escribiendo muchos años, unas veces públicamente, como en este blog, pero en la mayoría de las ocasiones ha sido para mi y hasta este este 2018 todas las cosas que escribía las eliminaba. No eran cosas de ningún valor, simple y llanamente era soltar en un escrito lo que sentía en cada momento o sobre algún tema de actualidad.

Este año, a raíz de un concurso de relatos organizado por la biblioteca de Illescas, me decidí a escribir más y participar en ese concurso y por esas mismas fechas en otro en Toledo de microrrelatos. En el primero, el de Illescas, logré quedar en una lista de 15 finalistas y ese día ya conocía que en el segundo, en Toledo, para mi sorpresa y asombro, había quedado entre los 3 finalistas. Información y premios.

La entrega de premios fue modesta, en la feria del libro de Toledo, en la Plaza de Zocodover, pero claro, suficientemente importante para que alguien como yo, no habitual de estos lances, estuviera nervioso y quizás, fuera de lugar por momentos. El ambiente era solidario, ya que los temas a escribir en los microrrelatos debían tratar sobre ese tema, y muy literario. Ver mi modesto relato en un libro, con mi nombre impreso, fue el mayor regalo sin duda.

Foto con los diversos organizadores y el ganador obtenida de www.toledo.es


No pretendo ser algo que nunca seré, un gran escritor, ni siquiera un mal escritor, pero tengo una pequeña necesidad interior de poner negro sobre blanco, porque esto me hace pensar, esforzarme, corregirme, expresarme y algunas veces cabrearme al releer las mediocridades que escribo la mayoría de las veces.
El microrrelato debía tratar sobre un tema solidario a elegir en la web 365+1, contener al menos una vez la palabra TOLEDO y no tener más de 150 palabras. Os dejo con él, espero que os guste.


                    PRIMERO, LO IMPORTANTE

— « ¡Venga tío!  ¿Hoy también vas?» — Le espetó Hugo.
— «Si pesado, hoy también. ¿Por qué no te vienes? Sé que te
gustaría»
— « ¿A mi? No creo, eso es para ti, que eres el buen samaritano
del barrio. Venga quédate, echamos otra y te acerco en un rato»
— « Mejor voy en bus, — dijo cogiendo su mochila — que es muy
puntual y tu coche gasta mucho, chao»
Quiere llegar pronto. Desde que Mario acude como voluntario al Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo se siente útil y ha orientado su vida. Ha descubierto que hay algo más allá de sus colegas, la play y de…Hugo. Porque por mucho que le guste estar con él (más de lo que Hugo imagina), ahora ha hecho suya, como una guía de vida, la expresión que alguien le dijo el día que empezó como voluntario: «primero, lo importante, después, lo demás».

Saludos Rober.